martes, 21 de septiembre de 2010

Mi vida en la maleza de los fantasmas

Dedicación especial de esta entrada a todos los que me regalaron esta gran obra nigeriana
¡Gracias a mi gente del hospital!
José Alberto se adentra en los escenarios de Amos Tutuola, autor de “Mi vida en la maleza de los fantasmas”. Escritor nigeriano en la que cuenta una historia de un niño que es perseguido por personas muertas a destiempo.

Es aquí cuando empieza todo;
¿Por qué digo que me adentro en los escenarios de esta gran obra?
Porque eran las tres y cuarto de una tarde calurosa en Calabar de un diecinueve de septiembre del dos mil diez cuando mi compañero Fosky y mi compañera Valle, me proponen el dar una vuelta, como muchas otra veces habían hecho y que siempre yo solía negar, pero esta vez tenía ganas de dar un garbeo con mis compis, cogimos un taxi y nos fuimos sin rumbo casi.
¿Dónde paramos? Al final decidimos el bajarnos en Calabar Road, una zona muy transitada al tener un famoso mercado, pero caminando nos adentramos en un gran cementerio.
Las tumbas estaban cubiertas por la maleza, estaba metido en los escenarios de “Mi vida en la maleza de los fantasmas”, mirando las escrituras de las tumbas todas coincidían en una media de mortalidad de cincuenta a cincuenta y cinco años, habían fallecido muy jóvenes, una muerte a destiempo, por un momento viajaba al libro, a esa historia en la que morían a destiempo como dice el autor, no sé me recordaba estando en Nigeria y por la zona aproximada donde se basa la historia.
Estaba tan metido en escena, y con la historia en la mente que era parte del libro como el protagonista, en la que es perseguido por esos fantasmas que no pueden ir aun al pueblo de los muertos, decir que previamente hay una sucesiva serie de pueblos fantasmas con los que se va encontrando el niño; diferentes roles de los que habitan;
se puede comparar con la sociedad de hoy día.
Algo surrealista, pero cuando un libro te marca, y ves los escenarios, tu mente viaja a través de la imaginación.
Leyenda o realismo que mas da, es historia sobre mitos, dioses…diversidad de temas sobre la cultura nigeriana que viene transcendida de muy antaño.

Paseando cerca de la selva junto a una carretera mis compañeros y yo, vemos un gran árbol africano, el frutal del que el niño protagonista coge unas frutas antes de emprender sus grandes vivencias. Cada vez me adentraba más en la historia, todo lo que atravesaba por mi retina, eran fotografías literales de lo que describe Amos Tutuola, en esta obra rica en mitos.
Hacen pensar y comparar con los diferentes roles de los fantasmas que aparecen  en esta historia, una comparación desde otro punto de vista, otra perspectiva, pero que al fin y al cabo es sacar moraleja a todas las historias que van sucediendo y a todos los personajes de esta enriquecedora obra nigeriana.

Bueno, espero que el compartir este breve resumen con vosotros, para que leáis este libro os haya gustado, es una recomendación.
¡Espero que os guste!

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